jueves, 9 de junio de 2011

Estás cansada, y puede que hasta te cueste seguir. Te quedas en cama, e intentas mirar a otro lado para que si alguien abre la puerta de tu habitación, no te encuentre con los ojos llenos de lágrimas. Ayer no comiste, tampoco hoy... Pero no tienes hambre. Tienes un vacío, es uno muy grande. ¿Sabes? Si te importa, sigues siendo una persona maravillosa

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